Pov Bella
De verdad estaba sorprendida, todo había pasado como la primera vez… todas las palabras todas las caricias, los recuerdos de nuestra primera vez eran confusos, pero era una de las pocas cosas que recordaba con la mayor claridad posible, lo único diferente era que ahora ya soy como él.
Estábamos en nuestra cama envueltos por las finas sabanas blancas, estaba acostada sobre su pecho y me envolvió con sus brazos, no hablábamos, no hacía falta nos lo decíamos solo con la mirada, el roce, o cualquier contacto… nos amábamos, y estaríamos juntos para toda la eternidad…
Nos quedamos pensando, meditando, pero sobre todo… recordando…
Me soltó, ya iba a voltear para reclamar pero empezó a trazar círculos en mi espalda; me conocía demasiado bien, sabía que eso me fascinaba.
-¿Te acuerdas?-dijo, en tono acaramelado, me sentía demasiado feliz y el también lo estaba, y eso era la mayor parte de mi felicidad, después paro para comenzar a trazar líneas en mi brazo.
-Claro que lo hago, me acuerdo de todo lo que he hecho contigo- respondí dándole mi más ancha sonrisa. El sabia que lo recordaba, pero le gustaba oírlo seguido.
El según “daño que me había hecho” que había pasado en este mismo lugar, hacia 10 años, por fin había logrado superarlo y no culparse más.
Por supuesto que nunca me importo a mí, la verdad nuestra primera vez fue una de las cosas más maravillosas que me pudo haber pasado en mi vida humana, bueno la primera fue al conocer a Edward, fue como conocer a mi ángel personal, mi puerto seguro, la segunda era mi hija Renesmee, el mejor regalo que me pudo dar la vida, y la tercera nuestra primera vez, la cosa más maravillosa que nos pudo haber pasado como pareja.
-Qué bonito- dijo Edward ahuyentando mis pensamientos.
-Edward- lo reprendí.
- No puedo evitarlo, no es mi culpa que no pongas el escudo.
- Da igual, de todas formas, no hacía falta que lo vieras en mi mente, porque ya lo sabes- dije muy segura de mi misma.
-Lo sé, pero me gusta oírlo de ti.
-Prácticamente yo no dije nada.
- Tienes razón- dijo dándome la razón, riéndose y pronto coree sus risas. No entendía por qué me hacia tener que hablar en voz alta si podía verlo en mi mente- Porque me gusta oír tu voz, es la más hermosa que he escuchado, y tengo más de 100 años- en lo ultimo no resistió y rio, ignorando mis pensamientos- No los ignoro, los registro en mi mente, y supongo que te sientes invadida...
- Solo un poco- le dije e hice una mueca fingida, y su cara cambio de una perfecta sonrisa, a una perfecta línea recta- pero no me molesta… sabes que me fascina que estés en mi… en mi mente, bueno en mi mente tal vez no tanto- y empecé a reír, el sonreía un poco, pero no tanto como hace rato- en mi…-y ahora si sonrió como la primera vez, así me gustaba, ese era mi Edward, el Edward del que me enamore, aunque en cualquier faceta me fascinaba Edward, pero me disgustaba que se sintiera culpable y mas por mi culpa. En ese momento me di cuenta de que aun estaba el escudo seguía fuera, así que lo lleve a su lugar. Edward no dijo nada aunque claro que se había dado cuenta.
Volvió a sonreír pero ahora con su hermosa sonrisa torcida. ¡De verdad este hombre me volvía loca! Pero seguro que no solo a mí, había una fila inmensa de mujeres atrás de mí, aunque claro, yo sabía que Edward jamás les haría caso; además ahora que me ven, el brillo de su cara se desvanece.
-¿En qué piensas?- me pregunto rompiendo el hilo de mis pensamientos y abrazándome de nuevo, era muy impaciente, ya había rastro en su cara de curiosidad.
-En… todas las mujeres, las que te han coqueteado, como la de la tienda el otro día…- ese es el día que mas me he reído y enojado en mi vida, era una mujer que dicen que tienen 30 y tienen 50 años, lo seguía a todas partes disimuladamente, lo que no sabía es que Edward podría ser su abuelo incluso su bisabuelo, pero tratando de seguirlo por accidente cayó en la fuente del centro comercial, y unos guardias llegaron queriéndola detener por estarse “bañando” en propiedad ajena, Emmett hasta la fecha se carcajea de eso, y como esas ha habido muchas.
Aunque él no era el único, es muy halagador cuando ves a hombres babeando por ti, pero eso se desvanece cuando se acercan a platicar, incluso te ven con tu esposo e hija y te coquetean. Pero no me han pasado cosas divertidas, más bien podría llamarlo extraño; una vez un chico como de 19 se me acerco y a los veinte minutos ya me quería besar el sínico, por suerte, Edward no estaba ahí, ya que tenía una junta con los lobos, si no le hubiera arrancado la cabeza al chico, lo que hice fue a darle una cachetada, pero creo que se me paso la mano un poco… En fin fui por mi hija que jugaba en los juegos del restaurante y nos fuimos. Seguramente no vio cuando entre al restaurante porque cuando fui por mi hija a los juegos se quedo sorprendido, no creía que tuviera hijos. Ja y la mía podía romper una ciudad entera. Renesmee tendría un año yo creo, si mucho, y ya le aburría jugar, prefería estar en casa o leyéndole algo.
-Pero tú eres la única que me ha llegado al corazón- y sentí su respiración en mi cabello.
- Mi único amor- le dije y lo bese.
Eran como las 7:30 am y nos decidimos levantar; Edward puso una película y nos acurrucamos en el sillón. No se oía nada en la habitación de mi hija y Jacob, seguramente no se habían despertado aun.
Pasadas las 9 am fuimos a prepararles el desayuno, pero como no creo que desayunen hasta más tarde, porque si era como días anteriores desayunarían como a las 12 pm, así que Edward y yo decidimos ponernos nuestro traje de baño e ir a nadar como la noche anterior.
Me puse un bikini rosa que por supuesto Alice había escogido, Edward se puso un short color azul marino- que también Alice había escogido, claro- , que hacía que sus ojos y cabello resaltaran.
-Y estoy lista- le dije cuando había terminado de arreglarme.
-Entonces vamos- me agarro de la mano, y me guio hasta la orilla de la playa, y ahí tendimos nuestras toallas sobre la arena.
-¿Quieres nadar?
-La verdad quería sentarme en la orilla- le conteste.
-Yo también- dijo siguiéndome la corriente.
Nos paramos y nos fuimos a sentar a la orilla donde las olas apenas nos llegaban a los pies; nuestra piel brillaba a la luz del sol y hacia que Edward se viera todavía más hermoso. Pero de pronto escuchamos ruidos en la casa, y al momento de voltearnos, vimos a Jacob buscándonos. Edward se paro y espero a que yo me parara para dirigirnos a la casa y ver lo ocurrido.
-Bella, Edward, vengan- grito Jacob desde el ventanal, con la voz angustiada y luego desapareció.
-Edward- le dije preocupada, a mi esposo, y corrimos hacia la casa.
-¿Qué pasa Jacob?- pregunte parándome en la puerta- ¿Ness?
-Pasen- dijo Ness desde la puerta del baño, lo cual me sorprendió. Mi hija estaba arrodillada a lado del baño con Jacob a lado. Me recordó la escena hace 10 años…
-¿Qué paso?- pregunte.
-Nada- contesto mi hija, tratándose de levantar.
-Edward- dije volteando a verlo. Iba a empezar a hablar cuando Jacob interrumpió.
-No es cierto- dijo Jacob- vomito.
-Creo que eso nos queda claro Jacob, ¿Qué paso?- dije.
-No ha dejado de vomitar- dijo.
- No es cierto solo 3 veces- dijo mi hija, tampoco le gustaba ir al doctor, solo cuando era con Carlisle, claro.
-Por eso hay que ver a un medico- sugirió Edward.
-Pero sabes que no soy igual- reclamo nuestra hija.
-Lo sé- dijo Edward- por eso… vamos a regresar- y concluyo.
-¿Qué?- dijo Renesmee enojada.
-He visto en tu mente desde ayer que te sientes mal, estas cansada y vomitas, no es normal en ti, y necesitamos que Carlisle te revise,
-¿Por qué no lo había mencionado, ninguno de los dos?- y voltee a ver a Renesmee y luego a Edward.
-Haz escuchado la frase “De tal palo tal astilla…”- dijo y soltó una risa nerviosa, mi hija.
-Edward- dije.
-Pensé que era porque no había dormido bien, eso es todo.
-Pero no quiero regresar- dijo malhumoradamente.
-Pero hija necesitamos que Carlisle te cheque, además podemos regresar cuando así lo quieras…- le dije.
- Esta bien- comprendió- ¿Cuándo nos vamos?
-Mañana, mismo si lo deseas- dijo Edward.
-No lo deseo- contesto mi hija, con tono de típica adolescente.
-Mañana está bien- dije antes de que se enojaran más los dos.
-Sí, mañana- me apoyo Jacob, quien había presenciado todo en silencio; sabía que era de sabios no meterse.
Ese día lo único que hicimos fue arreglar maletas, más bien la de Renesmee y Jacob, que eran los que no encontraban nada, ya que no eran muy ordenados, aunque a Alice no creo que le molesta, como nunca usamos la ropa dos veces.
Cuando nos fuimos a “dormir” Edward y yo, preparamos una nota para Kaure y Gustavo que venían en la mañana, explicándoles el porqué no íbamos.
En la mañana preparamos el desayuno, huevo, extrañamente era la comida humana que más le gustaba a mi hija, de ahí el extraño antojo. Después Edward subió las maletas al bote, ya para irnos.
-¿Hace falta algo?- pregunto Edward abrazándome por la espalda.
-Nada- le conteste sonriendo, pero no completamente.
-¿Qué pasa?
-Estoy un poco preocupada por Ness, nunca se había enfermado de nada- respondí, dejando que la sonrisa que me había costado tanto trabajo fingir se volviera una línea recta.
-No te preocupes, estará bien- dijo dándome ánimos, aunque en realidad sabía que estaba igual que yo- hay vienen.
-Hola dormilones- les dije sonriendo, mi momento depresivo, por suerte, ya había pasado.
-Yo me levante temprano- se excuso Jacob.
-9:30 no es temprano, Jacob- espeto Edward, sonriendo.
De repente se empezó a oír el motor de una lancha, Edward parecía confundido hasta que su expresión cambio.
-¿Qué no iban a venir más tarde?- pregunte.
-Decidieron hacerle una sorpresa a los chicos.
-Que generoso de su parte.
-¿Qué les diremos?- dije.
-La verdad- dijo Ness.
-Yo voto por esa- dijo Jacob.
-Estupendo- dijo Edward riendo sarcásticamente y se acerco a la puerta para abrirla, aunque aun nadie haya tocado.
Y aparecieron nuestros frágiles amigos en la puerta.
-Hola, ¿Qué hacen a esta hora, según yo falta más de una hora?- dijo Edward cortésmente.
-Sorpresa- Dijeron al unisonó.
-Traemos comida- dijo Kaure.
-Lo siento- dije con mi mejor cara de disculpa; aprendí algo en estos diez años, ya sabía mentir, aunque esto precisamente no era mentira- nos tenemos que ir de emergencia.
-¿Paso algo?- y volteo a ver a Ness.
-Mi hija se ha sentido un poco mal- se disculpo Edward.
Kaure miraba a Ness con una mirada extraña que no lograba descifrar, se me hacia conocida, pero no recuerdo de donde. Después le preguntaría a Edward.
-Está bien, no hay problema- dijo Gustavo.
-En otra ocasión será- dijo Kaure, por lo menos no se sentía ofendida- que te mejores- le dijo a Ness al final antes de retirarse.
-¿Qué pensaba?- le pregunte a Edward, en susurros que no podía escuchar nadie más.
-No lo sé, bloqueaba sus pensamientos, ¿me pregunto como lo haría? Nadie sabe cómo hacerlo.
-Tal vez tiene que ver con alguna de sus leyendas- comente.
-Tal vez- afirmo.
Chic@s mil sorry lo que pasa es que me fui de vacaciones y no tuve tiempo de escribir pero aqui esta y no esta cortito!!! jaja bueno bye los quiero mucho y por favor dejen comenctarios es lo que me motiva enserio en parte tambn por eso me demore mas, no te dan animos de seguir... bueno bye besos cuidense y recuerden q tambn estoy en fanfiction.net jaja bye el proximo cap se los dejo como en 2 semanas mas...
PD ya vi Remember me y estuvo bonita, un poco rara y a ustedes que les parecio?
PD2 estoy en Facebook busqenme como sofi cullen y me encuentran , tengo una foto de eclipse... jaja